Celebracion de los Veinticinco Años en Cali

Por Luis Guillermo Restrepo Z.

25 AÑOS NO ES NADA. Hoy estamos iniciando nuestro último año de Colegio. El señor Barona, un primero de septiembre nos recibió y empezamos a acostumbrarnos a los agradables olores de las clases de filosofía, a la alegría y entusiasmo de Lentner; al último viaje (y único) del señor Lotaz a Alemania, historia de un viaje que duró 15 días y que no contó sino durante los últimos 4 años; a los ojos “verde mar” de Gonzalez en química (verdad Mónica?). Atrás quedaban las clases de sexo y sadismo de las señora de Madiedo, las enseñanzas de tejido punto-cadeneta punto, confeccionando costuras que, como Penélope en Itaca, nunca terminaban; el “buen” genio del Padre Maya; la elegancia y distinción del gigante señor Zuñiga en sus clases de español; Shindler y los trabajos manuales, que nos entregó un bloque de Pino para que lo convirtiéramos en un cerdo, el cual debe aún rodar en todas nuestras casas; el delirio de guerra de Herr Pomponio y su esqueleto; Cisneros y los scouts. Herr Heer y los temblores. El Peluquín de Herr Parruqke, Frau Schafernort y los innumerables ahogados en las piscinas olímpicas. Los residuos de guerra “Herr Hen Henn, von del Linden, Siemms, Wodilzka, Stangl, el Padre Tessari”. El sabor aborigen de Figueroa (cuidado con el margen), Murgueitio, Crespo, Tanaka como cuota japonesa. Y el orden de mister Simmnos con sus dientes inmensos.

Pero quiénes son los personajes: las Kawecas que no mataban una mosca, su especialidad eran los elefantes. Birguit y su delicadeza. La esbelta Mariana Ochoa, las pilas de Gloria. La montera de Leonor “Paquirri”. Corin Tellado se hacía presente con Helena y Frieda, El “escándalo” que hacía Susi Rose. Mónica su pintura y el orden, ejemplo que dio con Gloria en el viaje a San Andrés. Guillo y su delirio de presidencia (hay que aspirar a ser presidente para llegar a ser policia), Ricardo y su pelo, Leonardo buscando novia, Hernando y el gran entusiasmo, el metafísico y químico Efraín, Omar y las yucas, Otto “el amor perdido”. Dos personajes especiales dominaban la escena “El Perro” y “ La Perra”.

Hoy 25 años después, nos quedan estos y otros innumerables recuerdos gratos. Ellos permiten que nos reunamos como amigos, con una amistad que se alimenta de los buenos momentos. Gracias por estar aquí, el compromiso debe ser continuar con lo que empezamos a construir hace tanto tiempo.

Página mantenida por Helena Palacios y Alejandro Reyes J.